LA COMÈDIA GIJONESA. no entienden, contestan que no, con la mayar tranquilidad del mundo. ¿Cree usted que comprenden mas de cuatro de estos sujetos lo que signiflcaa éximéncia, atenuante, casación y otros; términos técnicos indispensobies en taies'casos? Además, el abogado defensor, D. Melquiadés Alvarez, que será muy pronto gloria de Asturias y-bonra de la tribuna española, no pedia ^ la eximenciá absoluta, sino la atenuación y... y el Jurado pronunció un «ego te absolvo» que ¡vamos, hombre! ¡és cosa de marcharso del Principado!... Conste que esto no lo digo yo, sino un amigo mió. Y conste que' termino aqtó este articulejo no por falta de matèria, 'smo por falta v de espacio. ¡MAYOR FRA.NQUEZM;; Carta llena de cariño que encontró precisamente! anteayer, frente por frente ' do la "Botica de Armiño." Amigo Hoque: sabrás al leer estos ringlonea, que rompo les rilaciones contigo., pa hablar con Bláe. El ye guapu, tu yes leu; él rollizuj tu delgau; tu yes sosuj él ye salan y engorda que mete . áeu! Si m' hables otru momento tayte la nariz añicos y rómpete los íbcicos ío mismo' que te lo cuente. Tien reló, ¿qué te crfeíesV dáme botes imperiales, y lo menos ocho riales tien diarios toos los tiles. Ya ves que val mucho nías, que til non vales; y ansina creo non extrañarás el que te deje pòr Biás. tú servidora. Agustina. DOS MUJERES Una es rubia, otra morena; una está "de gracia llena." otra de sal y alegría, y si la morena es buena la otra es mejor todavía. Mas si un dia mi fortuna ó el hado, ó la suerte ó Dios me obligase á escojer una..... me quedaba sin ninguna; sin ninguna de las dos. CUENTOS Y CHISMES. Dirán ustedes que si vuelvo á Hablar del resí.petable gfetíiio de las cigarreras, será abusar ¿ya del asunto é incurrir en íepeticiones enojosas, tanto para .mí, como para ustedes. *J?èro no teifgò *yo la culpa, lia tienen ellas, que siempre dan motivo á tapies cosas. Además, siempre que hé tratado de tan sim.páticas personas, ha sido para elogiarlas como merecen, y para llamarlas salerosas y barbianas, en todos los tonos habidos y por haber, y en -todas las formas posibles. - , > Basta, pues, de explicaciones y 'entremos en harina. O, mejor dicho7 entremos en tabaco, sin temor á estornudos. El caso es como sigue: Segnn rumores, que tengo por ciertos y seguros, las operarías de tal ó cual partido, c^e estos ó aquellos ranchos, tienen por costumbre el regalar á sus maestras, el dia de su santo ó cumpleaños, algun objeto de mas ó menos valor, que compran à escote, porqué «siendo á escote nada es caro.» y qme se le entrega religiosamente, con su correspondiente dedicatoria en prosa ó eu verso, según el caso y conforme al gusto •de... las consumidoras. Ahoi'a bien. La Maestra. ... llamémosla Agapita, deseaba que sus subordinadas le regalasen un mantón de Manila, y para conseguirlo, no hacia mas que ; repetir á cada paso dos meses ántes de acercarse el natalicio de su aniversario, digo, el aniversario de su natalicio: — ¡Qué ganes tengo de tener na pañolón de Jíanila, de esos que tienen flores bordaes y un flecon muy llargu, hasta Ies pantorrilles ... ¡Si yo fuese rica! Al dia siguiente repetia el mismo estribillo,