DIAKIO PO í JTICO T] ?,AI)I010NALISfrA . AÑO 1. Oviedo. Aílmiuí.itraImpréútft Católica, SB ftlJSOI'.lliK.— lín ción do lisio poriódico. S. .Juan, S. Bl (Silgo du la luirici'ición ü;! adclaiiiudo. !,tiii(!H (S do Noyiembre de 188G I'IIHCIOS PI3 SOSCIUCÍÓÑ.-^-En Oviedo, un trimestre Ü'áO pesÒtM. — Kn proyiüçía }' demás puntoH de l·Ispana, 4 péBOtAS trimestre. rr-Eú la Isla de (Juba, un año 30 pesetas. — En l^ilipinas, un aüo 10 pesetas. MJM . 'JO."). OVI.'CDO, 8 DB-NOtlBMflBÍSíÍDB 188G. CUfiílífl 0[ U!i m SU KISTOBIIl. PARRAFOS ALGO ANEJOS. Un caballero según ei ïïvangelio. § SÉTIMO. (Coiielusión.) Pues bien; contestó el novicio sin inmutarse lo más mínimo: juro solemncmeiiin ante Dios, en cuya soberana presencia estoy y estamos todos en todos los momentos, que lingo renuncia formal y completa do cuantos bienes terrenos puedan pertenecerme ahora, ó en adelante me pertenecieren: juro no mandar nuuca y obedecer siempre, y no vivir ni un instante para mí, sinó para servir á mi Dios y á mi» prójimos por El, en el modo y forma que á mis superiores mejor les plazca. Juro, además, ser pobre; juro pobreza perpètua, castidad perpetua y abnegación perpètua, y juro por último, que quiero vivir y morir oponiendo á los tres gritos del mundo perdido: independencia, riqueza y liviandad, estos otros tres del mundo redimido: obediencia, pobreza y castidad. Terminada la profesión, padre ó hijo fueron íelicitados por los asistentes, retratándose la mayor alegría en todos los semblantes, esa alegría santa y exenta de remordimientos, propia do los que tienen conocimiento de lo que significa una vocación lograda. Sólo Ascarico, el hermano menor, no se daba por satisfecho porque decía con infantil candor que no era cosa de quedarse con un pedazo de tierra y que Gundorico se lievaso el cielo, pues él también quería salvarse, y, según veremos más adelante, es de creer que se salvó sin haber profesado en la esclarecida Orden de San Benito, probándose con esto que son las virtudes y no los estados 'quienes hacen justos en este valle de lágrimas. Pocos días después- de este dichoso acontecimiento, el padre dol nuevo monje del inocente y. aplicar do Ascarico, sintió que sus fuerzas iban desapareciendo apresuradamente y que el fin de sus días y la hora de m muerte se daban la mano. Sin la menor dilación se quiso preparar para morir bien aquel santo caballero que nunca había vivido mal. Pasó una semana entera postrado en el lecho, sin hablar más que lo absolutamente indispensable con el criado que le asistía, porque no juzgaba lícito tenor entonces un sólo pensamiento (pie lo quitase de la memoria su Dios y su alma. Concluida osla edificante y solícita preparación, mandó avisar á su confesor con encargo de que á su venida trajese el viátiüO y el santo óleo de los enfermos. Acudió toda la comunidad, llevando al Señor Sacramentado bajo palio, y una numerosa muchedumbre de gentes del pueblo con hachas benditas encendidas iba formando una larga procesión y recitando en alta voz los primeros versículos del salmo XL, que debieran estar grabados á cincel en los frontispicios y piedras de armas de las casas de los poderosos: Bcatus qui intclliyit super eyemim et pauperem......... Bienaventurado el que entiende sobre el necesitado y el pobre: en el día malo le librará el Señor. El Señor lo guarde y le dé vida y lo haga bienaventurado en la tierra; y no lo entregue al deseo de sus enemigos. El Señor le dé socorro sobre el lecho de su dolor Recitando el pueblo estas consoladoras bienaventuranzas de los ricos misericordiosos, llegó la devota comitiva á la casa del buen señor, quien recibió de rodillas y con un fervor que hacía derramar lágrimas el santo Viático, suplicando encarecidamente se le dejase sólo por algún tiempo, á fin do dar gracias á Dios por el inestimable beneficio que acababa de conceden e. Durante largo rato, el enfermo daba claras muestras de estar embebido en profundas pero agradabilísimas reflexiones. Como si ya no tuviese ningún pensamiento para lo presente, parecía haber entrado en íntima comunicación ■con seres de otrO mundo superior. Unas veces se le oía decir: reconozco que soy pecador; mas espero en los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo. Otras se dibujaba en su semblante una plácida sonrisa, y entonces volvía los ojos al ciclo con la más afectuosa expresión de tranquilo y supremo gozo. Por la tarde manifestó .deseos de hablar :i solas con sus hijos, y después de tenerlos en su presencia, encareció mucho al monje la necesidad de renunciarse más y más á sí mismo por amor de Dios que le había sublimado de un modo tan maravilloso. Dió sanos consejos á Ascarico, recomendándole que condonase todas las deudas y rentas atrasadas, le impuso la obligación de distribuir cuantiosas limosnas entre los pobres, y por último, dijo, que era su voluntad que su cuerpo fuese sepultado dentro de la puerta de entrada de la capilla del glorioso proto-martir San Estéban, terminando con pedir á uno y otro que le 'perdonasen si en algo había faltado á los deberes de padre. Bendíjoles acto seguido penosamente, en tanto que uno de los monjes le administrábala Extremaunción, y luego quedándose como en un dulce y apacible sueño, pasó de esta vida caduca á la imperecedera, en donde el hombro recoge Lo que en aquélla hubiere sembrado. Todos sus encargos, mandatos y disposiciones, se cumplieron con escrupulosa exactitud, excepto en la parte referente al sitio de su sepulcro, pues si bien fué sepultado en la Capilla de San Estéban, no lo fué en la puerta de entrada, sinó en el presbiterio, en el lugar mismo en que el diácono anuncia la Buena Nueva (1), y en verdad que la elección fué acertadísima, porque según veremos en el párrafo inmediato aún continúan lasenj señalizas cristiana^ de este caballero sajún el Evangelio. Persuadidos do que nuestros loctoros han de lenr con gusto la caria del sonor Melgar, la insertamos hoy, tomándola dé iiuesíro compañero El Siglo Futuro del jueves último: (l) En la pared del lado dol Evangelio j hay una lápida erigida el año de 1575, en la que so lee, que "ía sepultura que está en esta eapilla mayor, dos varas separada de esta pared, pertaneco á la por tantos títulos ilustro easa de Arguelles. " En el dooümeñto en que se reconoce dicha propiedad, fechado el 11 do Marzo del mismo año, sé declara "en virtud do antiquísimo testimónio; haber sido Gundevioo Argolido el pr'merò & quien perteneció dicho sepulcro." "Munich, 1.° de Noviembre do 1886. Sri Director de É Siyh Fnhiro. Muy aoiíoi- mío: En la imposibilidad do contostar individualmonte á las innumerables personas que durante la enfermedad de S. A. 11. el Príncipe Don Jaime so han dirigido al señor Duque de Madrid, me ordena mi Augusto amo haga llegar á todos la expresión do su profunda gratitud, por conducto del ppriodico que V. dignamente dirige. Las angustias sufridas por tantos corazones de españoles, quedarían suficientemente compensadas si (i cada uno de ellos le hubiera sido dado contemplar los inefables consuelos que recibía el señor Duque do Madrid, oyf'ndo subir a! cielo, mezclado con sus oraciones, el clamor universal de aquella amadísima España, que en los delirios de la calentura su Augusto hijo agonizante invocaba con ternura indecible. Si el señor Duque de Madrid conserva el inestimable tesoro de la vida de su amado hijo, en la fe de su corazón considera deberlo á las plegarias de los españoles, que le han reconquistado á la muerte. Dando á V. también gracias especiales, en nombre de mi Augusto amo, por la solicitud con que ha tranquilizado ía ansiedad de todos los legitimisías españoles, respecto á la preciosa salud de S. A. R, quedo siempre suyo atento S. S. Q. TJ. S. M., P. M. MlíLGAK. ^ Munich 4 (2,2í)). — Siendo innumerables los partes y felicitaciones que desdo Madrid y desde todas las provincias de España se dirigen al Señor por la mejoría del Príncipe y la fiesta de San Carlos, me ordena mi Augusto Amo que dé por conducto de V. las más expresivas gracias á todos los felicitantes, anunciándoles además que por la misericordia do Dios aumentan los motivos do esperanza. MELGAR." Según saben va nuestros lectores, desdo el día 27 del pasado Octubre celebraba el santo sacrificio de la misa todas las mañanas, en la estancia contigua á la de S. A. R. el Príncipe D.Jaime, el Reverendo Padre Bbrgaz· zi, confesor do la venerable Archiduquesa D.ft Beatriz. En la misa celebrada el día de Todos Santos, recibió la Comunión el señor Duque do Madrid, con varios individuos do la Real Familia y do ía servidumbre. Recibimos por el correo noticias de Munich; que alcanzan hasta el 1.° del corriente, y que nos confirman en las consoladoras esperanzas anticipadas por e! telégrafo. En aquella fecha, la mejoría do S. A. R. se acentuaba rcsueitamentc, la fiebre era casi nula, la cabeza estaba despejada, y la íufermedad vencí-