por el agua regia para convertir el azufre en ácido sulfúrico que se ha precipitado luego en estado de sulfato de barita por medio del cloruro de bario. Finalmente, en todos los combustibles que hemos ensayado hemos observado y anotado cuidadosamente los caracteres esteriores, el modo con que se conducen cuando se los hace arder al aire libre, y si contienen ó no agua higrométrica interpuesta en su masa. El Principado de Asturias encierra por decirlo asi todas las variedades de carbones de piedra que se conocen, desde los mas grasos y bituminosos, hasta los mas secos. Los carbones de Santa Ana, Piedrafita y algunos de los de Sama, pertenecen á la clase de hullas grasas, los de Arnao cerca de Avilés, son hullas secas, y finalmente, los de Colunga pueden ser calificados de verdaderas antracitas. Algunos de estos carbones, como por ejemplo el de la capa Javiera, en las minas de la Foz, el de la del Molinuco en Sama, y el de la de San Pedro en Santa Ana, no le ceden en nada á los mejores carbones ingleses, belgas y franceses en punto a la limpieza y buena calidad. La cantidad de cok que pueden producir los carbones de Asturias varía desde 64 á 54 por 100 en peso, pudiendo admitirse ftO como término medio. La proporción de cenizas varía desde 2 á 3 por 100 en los mas limpios, hasta 8 ó 10 por 100 en los que se hallan mas cargados de sustancias estraflas. Casi todos los carbones que hemos ensayado son susceptibles de producir cok de bueiia calidad para los trabajos metalúrgicos, si se esceptúan las antracitas de Colunga y algunos de los carbones secos de Avilés, que por su esencia misma no pueden producirlo, y algunos carbones de Santo Firme, Carbayin y Olloniego, que en atención á la notable cantidad de cenizas jque contienen, no podrían, á menos de ser sometidos á un lavado ejecutado en buenas condiciones, producir cok suficientemepte limpio para los usos industriales. Salvo estas pequeñas escepciones, todos los carbones de Sama, Siero, Santa Ana y Hiosa, son eminentemente propios para la fabricación del cok, para el servicio de los hornos de reverbero, para los trabajos de fragua, y para todos los demás usos en que la industria emplea los combustibles ^minerales crudos ó carbonizados. El estado que acompaña á este escrito espresa detalladamente los I