Banda igitur opera est ¿ ut iis heneficiis quam plurimos afficiamus ) quorum memoria lihens posterisque prodatur , ut iis ingratis esse ïíon liceat!. Cic. de Off. lib, 2, c. 18. I cuánto se engañaría quien pensara que la moralidad y la prudencia de nuestros Legisladores se habrían olvidado de la ingratitud en las sanciones de sus Códigos! Habiendo tomado sus reglas en la fuente mas pura y abundosa de sabiduría y de justicia, á que no pocos siglos después han recurrido los autores de las legislaciones europeas , no creyeron que podian combatir aislado el desagradecimiento como un crimen (1). Modestos, como lo es el saber, pero instruidos en la importante doctrina que seríala los límites entre la legislación y la moral ; muy penetrados de que es uno mismo su centro , aunque sus círculos sean diferentes , sin aparato ni ostentación , mas con acierto, persiguieron la ingratitud cuando entraba como elemento, ó se unia á las acciones criminosas, aumentando la aflicción de los culpados; y, en las leyes civiles, privando á los ingratos del beneficio que debieran á la relación de la sangre ó á la generosidad de sus mal retribuidos bienhechores. (1) Se habla de algunos pueblos antiguos en que fue castigada por sí sola la ingratitud. Nuestro español Séneca lo cuenta de los Macedònies, lió, 3 de Ben. ¿?. 6 , si ya no es que debe leer.se Medos , según la opinión de algunos críticos. Xenofonte habla de una ley semejante de Persia en su Giropedia lib. i, c. o.. Pero en su obra de Inst. p. 4 alude mas bien á un establecimiento que hacia parte de la educación. En Roma la ley Ella Sencia condenaba á los libertos ingratos á trabajos perpetuos. Asi restituye el c. 14 de esta ley Heinecio en sus Antigüedades romanas L 1 , cap. 6, Quem Ubertum , Ubertamve , patronus ingratum esse convincet , ü in lautumias detur. I