Carte l, ^eflexionllí. zi effo tantas veces nos perfuade , que no nos dexemos avafíallar de la trifteza : Trifiitiam non des íct/í/.jo. anima tua. Mclior cjl mors, quàm vita amara. Y el nitfrno Efpiritu Santo dà dos razones de eílo , iin que fuellen neceflarias .en tan irrefragtable, y éter- ■ ■ na verdad. Xa primera es en el capitulo diez y íiete de los Proverbios , en donde nos afíegura, por boca de Salomon , que la rrifteza feca nafta los hueffos: Spiritus trijiis exjïccat ojfa. Luego fi leca hafta los Proyer.ij» liueflbs , que fon las parres mas duras , fólidas , y fuertes de nueftra humana conftitucion , no havrà que admirar vaya chupando inceífanremente aquel húmedo radical , en que & fubftenra el calor de nueftra vida, y que folo fe mantiene , mientras efte no fe apaga. La fegunda razón dà también en el capitulo veinte y cinco del Ecleíiaftico , donde dice , que la trifteza del corazón no es liria fóla llaga , ò una foia herida , fino rodas: Omnis plaga trijlitia cordis eji. Y fi una foia herida Ecclef.z fi del corazón bafta para fer mortal , què fexàn muchas? (. Bien dice el Angélico Do£lor Santo Thomàs, s.Thom. i.t, que la trifteza, entre rodas las pafsiones, es la que f arU 4» mas quita la vida*... Y bien dice también aquel adagio nueftro : Cenas , y penas tienen fepulturas llenas* La mifma voz trijiitia lo expreíía baftantemente; Trijiis quaíl iritm , pues parece rrahe fu origen del verbo tero , por lo que uilla à los hombres, los pifa , los muele, los eíhropea, y los quebranra» Y efto, fin duda , .es el alma de. aquel geroglifico, con que Cefar Rippa pinta la trifteza en figura de una muger , toda cubierta de luro , con tres martillitos en la mano derecha, y un corazón en la izquierda. La mifma contextura de un trifte dà bien à entender fer la trifteza una polillajò galano, que, íin ceíTar } và comiendo , y carcomiendo interior- men-