f A ENRIQUE T A M BE R LI GK,. 10 quisiera cantar cowp tu cantas, aiiista que del alma te haces dueño, y llegar hasta tí... y tus plantas pisaran robadoras poosías, y puedo asegUrflrte quo no las hollarías ? porque no puede el arte hollar al arte. Mas ¡ ay ! para mi musa, adormecida está la inspiración , (pie es don del cielo; y aunque cantar al arte es hoy mi anhelo solo alimento una ilusión querida (pie el entusiasmo aumenta rasgando el denso velo que á mi razón servía de sudario, dejándola sumida en el profundó mar del' desconsuelo, donde revuelta entre el oleaje avanza sin rumbo, sin timón, sin esperanza. Y ¿quién cantar podrá, si con tu acento, entre arreboles mágicos, ofuscas la mas clara razón, y el pensamiento el brillo de tus notas avasalla, y al escuchar tan celestial lenguaje el corazón batalla sin poderte rendir digno homenaje? En medio del confuso torbellino de ideas, que bullir siento en mi mente, quisiera orlar con el laurel divino tu tantas veces coronada frente. ¡Pero és vana quimera luchar con el destino ! y si el laurel de Apolo yo tuviera, artista omnipotente, de coronas sombrara tu camino; que yo no sé cantar como tu cantas para arrojar canciones á tus plantas. Facundo Valdés.