7 para tíibraltar. Ya a bordo, hizo la casualidad que leyese cu los papeles pxíblicos la noticia del arribo á la capital de la Gran Bretaña de sus amigos el vizconde de Matarosa, después conde Je Toreno, y de D. Andrés Angel de la Vega, como comisionados por la provincia de Asturias para entenderse con el Gobierno inglés. Presintiendo tal vez algo de lo que ocurría en Su patria, abandonó don Agustín el buque y corrió en busca de sus amigo?, ansioso de descifrar el enigma. Por ellos supo los terribles acontecimientos que habian estallado en su patria, asociándose inmediatamente á los patrióticos sentimientos de sus paisanos, á quienes Ies sirvió de mnclio en sus gestiones. Después de haber conseguido cuanto apetecían, regresó Argiie1les con los comisionados asturianos á su provincia, donde fué recibido cariñosamente, pues aunque no le precedia una famosa y brillante reputación, era muy conocido y apreciado por los buenos recuerdos que dejara en el país durante sus estudios en la Universidad de Oviedo. ¡Lástima fué que la Junta no le encomendase cargo ni comisión alguna, pues su inteligencia, laboriosidad y patriotismo han dado á conocer después como las hubiera desempeñado ! El tiempo que D. Agustín permaneció inactivo empleóle en conocer y estudiar á fondo aquel gran movimiento nacional que debia ser admiración y pasmo de la Europa. En 1809 cúpole allí la snertc de soldado, pero por motivos de salud, que se encontraba siempre achacosa, le fué concedida su licencia. A mediados del mismo año trasladóse á Sevilla, pasando en 1810 á Cádiz, centro entóneos del movimiento político en España. La reputación alcanzada por él por su capacidad é instrucción le granjeó la honra de ser nombrado diputado á Córtes en clase de suplente por los naturales de su país que residían ó habían acudido allá para estfi acto. Abríase, por lo tanto, para D. Agustín un palenque en donde iba á dar á conocer el talento y el patriotismo que distinguieron el resto de su vida. Sus primeros discursos fueron sobre la importancia y necesidad de pensar en el punto de la libertad de imprenta. Nombrado seeretario en la comisión que había de emitir dictamen en tan importante materia, pronunció en defensa del proyecto de ley redactado