AEG l7 ELLES. ACió D. Ágnstin Arguelles, el hombre que tan gratos y simpáticos recuerdes ha dejado en el pueblo español, en la villa de Eivadesella, el 28 do Agosto do ]776. Enviáronle sus padres á Oviedo para que cursara en aquella Universidad la carrera de leyes y cá nones, siendo nonibrndo, después de recibir la licenciatura, secretario del obispo de Barcelona, D. Pedro Diaz Valdes, asturiano también y que tenia noticia de las brillantes disposiciones de Arguelles. A mediados de 1798 pasó, pues, el joven licenciado á desempeñar el cargo que se le habia confiado; pero convencido de que las ocupaciones de la secretaría episcopal no estaban en consonancia con sus hábitos se decidió á principios de 1800 á buscar en la corte, centro de todas las aspiraciones, otra clase de trabajos más conformes ú sus inclinaciones. A los pocos meses de su presencia en esta corte habia entablado relaciones con los principales literatos, entre quienes supo alcanzar simpatías por su despejo, su instrucción y su franca y natural manera de producirse, relaciones que sin duda le valieron la entrada en la secretaría de la Interpretación de Lenguas. La circunstancia de no constar la fecha en los papeles del archivo del Ministerio de Estado de su ingreso en dicha dependencia hace presumir que hubiese pertenecido á ella en calidad de temporero por encargo y bajo la inmediata dirección de D. Leandro Moratin. Lo que con cert.za se sabe es que á fines de 1805 pasó con 10.000 rs. de sueldo * las oficinas de la Consolidación de Vales Eeales. A pesar de cam-